Eurovision: El mayor espectáculo musical de la televisión
AIRAN CASAS
Celine Dion, Abba, Cliff Richard, Julio Iglesias,
Olivia Newton-John, Nana Mouskouri, Alabano y Romina, Blue, Andrew
Lloyd-Webber… Son solo algunos de los múltiples artistas que alguna vez han pisado
los espectaculares escenarios creados para Eurovision desde sus orígenes, allá
en el año 1956. Un desfile de estrellas que cada año, cuando estamos en plena
primavera, se asoma a nuestras pantallas.
La historia del espectáculo televisivo musical más visto
en el mundo está llena de grandes triunfos y de sonadas derrotas, de la pasión
por la música y por el arte de hacer televisión. No hay nada que pueda contar
del festival que no se haya contado ya, ni nada con lo que pueda justificar el
éxito de un formato que ha ido creciendo majestuosamente con el paso de los
años.
Desde aquellos primeros festivales de los años
cincuenta, donde solo un puñado de países participaban enviando a sus artistas
para representarles, interpretando sus canciones en unos discretos platós de
televisión, hemos pasado a un macrofestival donde más de 40 países pelean en
dos semifinales para llevar a sus estrellas hacia una grandiosa final, que
suele celebrarse en estadios y grandes recintos, y donde no se escatima en
medios para crear una competición fascinantemente vistosa. La espectacularidad
y el grandiosismo no fallan para uno de los shows más longevos de las
televisiones del viejo continente; uno que ayudó al desarrollo de la Unión Europea , que trascendió a
numerosos conflictos bélicos y que ha sabido perdurar sin jamás dejar de
conseguir grandes datos de audiencia.
Eurovision interesa. Tanto o más que un campeonato de
fútbol o una olimpiada. El enfrentamiento entre países es ya de por sí un gran
atractivo, pero tanto a los que nos apasiona la música como a los más simples
aficionados, ver competir anualmente, mediante la canción y la creación
artística, a los diferentes estados es ya toda una institución. Una tradición
con la que muchos hemos crecido, ya tengamos treinta, veinte o cincuenta años.
El movimiento “eurofan” es un claro reflejo de esa
pasión que todos sentimos por Eurovision. Miles de personas ahorran durante
todo el año para ir a ver in situ el Festival, sea donde sea su celebración. Otros
tantos, la mayoría, nos conformamos con hacer palomitas y preparar nuestra sala
de estar para recibir la emisión a lo grande, con o sin un grupo de amigos con
los que comentar todas las canciones, las puestas en escena, los ropajes y los
chistes (muchas veces insípidos) del comentarista.
Cada año es diferente, pero esta tradición de esperar
y ver el Festival no cambia. Unas veces se ha hecho con más entusiasmo que
otras. Si nos fijamos en los datos de audiencia del programa en España, llama
la atención que en la edición de 2002 (El año en el que Rosa López nos
representó tras el fulminante éxito que tuvo el programa Operación Triunfo, del
que salió elegida) Eurovision consiguió un 80,4% de share, un dato histórico
que no se ha repetido jamás en la televisión española, y que solo fue superado
(por un 2%) por la retransmisión de la final del Mundial de fútbol de 2010, en
el que España ganó.
Los datos de audiencia hablan por si mismos:
Eurovision gusta y es seguido. Y tenemos que tener en cuenta que las audiencias
en España son mínimas en comparación con las de otros países, en los que
Eurovision se vive de otra manera. Suecia, Dinamarca o Armenia son ejemplos de
países que suelen poner toda la carne en el asador para elegir participante, y
que tienen ese afán por ganar que siempre echo de menos en España. Aún así,
Eurovision es cada año el programa de televisión más visto por los españoles.
BAKU 2012: LO QUE NOS ESPERA
Mucho se ha dicho a lo largo de estos 12 meses
posteriores a la victoria de la pareja azerí Eli y Nikki en Düsseldorf sobre lo
que Azerbayán podría ofrecer como país anfitrión de esta edición de 2012.
Muchos elevaron sus voces y mostraron preocupación por celebrar el festival en
un país cuyo régimen político era cuestionable; otros se preocuparon por la inexistencia
de una sede donde celebrar este gran evento, ya que el país no contaba con un
recinto adecuado a la magnitud del Festival. Al final, ni lo uno ni lo otro han
afectado al correcto desarrollo de la etapa previa al festival. Eurovision se
ha adaptado en multitud de ocasiones a circunstancias similares. Sin irnos más
lejos, el festival celebrado en Madrid en 1969 se celebró con normalidad en
pleno régimen franquista. Por otro lado, Azerbayán, desde su entrada en el
Festival hace apenas 5 años, ha apostado siempre por la calidad y por no
escatimar en gastos, y haciendo uso de su esfuerzo y de muchos petrodólares, erigió
en tan solo 9 meses el Chrystal Hall, un recinto lo suficientemente grande y acondicionado
donde celebrar la edición de este año.
A pesar de todos los obstáculos que muchos quisieron poner,
el festival está listo para despegar, con los artistas ya en Bakú ensayando una
y otra vez sus tres minutos de acción sobre el espectacular escenario para que
no falle nada en la hora de la verdad, en ese momento flash que pasará
enseguida, en el que deben encandilar a todos los telespectadores con su
talento y convencerlos para que cojan un teléfono y les den su voto… Ese voto
que los convertirá en leyendas (televisivas más que musicales) y pondrá su
nombre en ese largo palmarés de ganadores, que resucita año tras año cuando
llega mayo y llega un nuevo festival. Para muchos una victoria ni siquiera
implicará un triunfo a la hora de vender discos, pero sí se convertirán
inmediatamente en un capítulo importantísimo en la historia del programa. Con
un poco de suerte, su paso por el festival les abrirá las puertas a una carrera
musical internacional, como le ocurrió a Abba o a Celine Dion, y con más suerte
aún, se acaben convirtiendo en leyendas de la música como ellos.
LOS PARTICIPANTES DE EUROVISION 2012
Bakú 2012, por el momento, pretende ofrecer ante
todo, un espectáculo muy ambicioso y de calidad. La calidad viene ya de por si
impuesta en la selección de participantes que veremos este año sobre el
escenario del fuego (Azerbayán es conocido como la tierra del fuego y ese ha
sido el motivo escogido para este festival) Se trata de 42 candidaturas que han
salido de largos y duros procesos de selección nacionales, y que ahora van a tener
el privilegio de ser escuchados por todo un continente. Algunas gozan de una
indudable calidad, y también hay algunas cuya existencia nunca entenderé.
En definitiva: 42 posibilidades de elegir, que es de
lo que se trata. En los últimos meses, los eurofans han hecho sus listas de
preferencias y sus predicciones. El resultado de mi selección es el siguiente:
1. Francia Anggun
- Echo (You and I)
Mi preferida este año es la innovadora canción
de la cantante Anggun, que tras gozar de éxito en los 90 con singles como “Snow
on the Sahara” se atreve a resucitar su carrera musical en Eurovision. La
canción es extraña, y el hecho de que no sea de esas canciones que te impactan
de una primera escucha juega en su contra. Por otro lado, una puesta en escena
digna de una diva del pop y una interpretación sólida son sus puntos fuertes.
2.
Ucrania Gaitana – Be my guest
La
fuerza de Gaitana es más que evidente. Poniéndolo un poco de sabor africano al
antiguo país soviético, es seguro que su pegadiza melodía y la puesta en escena
colorista la coloquen en una buena posición final.
3.
Suecia Loreen – Euphoria
La
gran favorita para ganar este año nos ofrece un frenético ritmo dance y una
puesta en escena salvaje. Lo que no tiene la canción francesa le sobra a esta:
la capacidad de impactar al espectador desde el primer momento.
4.
Israel Izabo – Time
Melodía
retro, que suena a Oriente, para un consolidado grupo israelí. Probablemente
siguiendo esa estela de artistas que innovan remarcando las influencias del
pasado, Time es una clara destacada entre la multitud.
5.
Países Bajos Joan Franka – You and Me
A
pesar de que este año hay grandes baladas en el concurso, ninguna canción me
causa tanta ternura como esta bonita canción sobre un amor infantil con ritmos
country, interpretada con la peculiar voz de Joan.
6. Turquía Can Bonomo – Love Me Back
El
país de los ritmos arábigos decidió este año enviar a un cantante judío, con
una canción que recoge las melodías tradicionales de esta cultura. Una canción
de marineros que mezcla lo tradicional con lo indie del joven artista.
7.
Bulgaria Sofi Marinova – Love Unlimited
Una
apoteosis de ritmos dance con un mensaje muy visto en eurovisión, que nos
enseña a decir “Te quiero” en varios idiomas. A pesar de lo poco efectista de
este recurso, la voz gipsy de
Marinova y su decadencia trance la hacen perfecta. Lástima que tengas tan pocas
posibilidades de pasar a la final.
8. Hungría Compact Disco – Sound of Our Hearts
Un
grupo moderno, de pop electro, con una canción muy correcta y propia de la
radio. El estribillo es muy pegadizo.
9.
Italia Nina Zilli – L’amore E’ Femmina
Una
impactante voz, tan grande como su aparente personalidad de Femme Fatale encantadora. Italia regresa
a Eurovision proponiendo calidad, y aunque Nina no fue la ganadora de San Remo…
¿Podría serlo de Eurovision?
10.
Chipre Ivi Adamou – La
La Love
Últimamente
Chipre solo ha llevado desastres a Eurovision. Este año se ha puesto las pilas
con una canción diva-friendly
impregnada en ritmos helénicos y una atractiva cantante, muy conocida por esos
lares. La La Love cansa
con el tiempo, pero tiene ese poder de seducir a la primera escucha.
VÍDEO CON LAS 10 PRIMERAS POSICIONES
11.
Bosnia Maya Sar – Korake Ti Znam
Con
los años he llegado a la conclusión de que los antiguos países yugoslavos son
los mejores baladistas de Europa. Primera razón: La canción bosnia es
exactamente como la sensación que te causa en la piel un pañuelo de seda que se
resbala por tu brazo. Si encima la escuchamos en su versión en inglés y la
entendemos es… delicadamente sublime.
12.
Croacia Nina Badric – Nebo
Segunda
razón: Una cantante muy conocida en Croacia como Nina Badric escribe ella sola
una preciosa balada con campanas. Tengo debilidad por las canciones que
contienen campanas, y esta, francamente, te hace tocar el nebo. Es decir, el cielo.
13.
Serbia Zeljko Joksimovic – Nije Ljubav
Stvar
Y
tercera razón: El retorno de un viejo amigo de Eurovision, con importantes
posiciones en sus respectivas participaciones como intérprete y compositor. Y
si algo triunfa… ¿Para qué cambiarlo? Misma fórmula de balada étnica con
corazón y alma, a la que se le augura una muy buena posición.
14.
Moldavia Pasha Parfeny – Lauta
Una
desenfadada y rítmica canción típica moldava, con sus trompetas (“La trompeta
que te hace mía, chica”) y con un simpático y atractivo Pasha que la ilumina
con su presencia.
15.
Suiza Sinplus – Unbreakable
El
dúo de hermanos suizos Sinplus le robaron el acceso al festival a la mismísima
Lys Asia, ganadora del primer festival en el 56. Con su canción pop-rock
conquistaron a los suizos y ahora pretenden seguir en su conquista de Europa
“siguiendo tus sueños más salvajes”.
16.
Grecia Eleftheria Eleftheriou –
Aphrodisiac
Grecia,
con crisis o sin ella, nos sigue recordando que a canciones mid-tempo no los
gana nadie. Nuevamente nos presenta una canción con ritmos muy griegos, bailable,
e interpretada por una belleza digna de la misma Afrodita. A pesar de todo lo
bueno, ese estilo va en decadencia y ha de tener cuidado con las otras divas.
17. Reino Unido Engelbert Humperdinck – Love Will Set You
Free
La
leyenda crooner británica ha sido una de las mayores sorpresas de esta edición.
A pesar de su edad, sus tablas y su leyenda se notan en una interpretación
impecable de una canción que recuerda a las canciones más dramáticas de los
musicales del West End londinense.
18. Dinamarca Soluna Samay – Should’ve Known Better
Dinamarca
siempre es uno de los países que llevan propuestas vanguardistas a Eurovision.
Esta vez, Soluna Samay interpreta una sencilla canción con un aire indie y
pop-rock de radioformula. Simple pero efectiva.
19.
España Pastora Soler – Quédate Conmigo
Por
primera vez en varios años creo que España (Ayudada por la mano compositora de
Suecia) lleva al festival una propuesta de calidad. Más que la canción en sí,
que me parece un tanto mediocre comparada con la tanda de deliciosas baladas ex
yugoslavas, por la impresionante voz y talento de Pastora Soler, cuyo directo
será de lo mejor que encontraremos este año en la final.
20. Lituania Donny Montell – Love Is Blind
Una
canción típica, pero bien interpretada, en absoluta soledad y sin coros ni
distracciones, por el cantante en una exhibición de talento y de saltitos
efectivos.
21.
Finlandia Pernilla – När Jag Blundar
Curiosa
elección de Finlandia, que opta por llevar una canción interpretada en sueco.
La voz y el idioma la hacen atractiva y le dan un aire nostálgico y encantador.
22.
Albania Rona Nishliu – Suus
Sin
duda la canción más oscura del año. Rara, con una gran dosis de dramatismo y
griterío hasta la extenuación, y una inquietante melodía al piano. Esa rareza
en su estructura y en sus sonidos la hace interesante.
23. Islandia Greta Salóme & Jonsi – Never forget
La
canción más dramática del año, con una interpretación digna de un mar turbulento
con olas chocando contra las rocas. Las voces de los intérpretes empastan bien,
y el aire gótico de la melodía y el solo de violín las funde en una pieza muy
mágica.
24. Azerbayán Sabina Babayeba – When The Music died
El
país anfitrión vuelve a recurrir a una canción sueca; una balada interesante,
con toques étnicos preciosos y una letra conmovedora, pero a la que le falla la
voz de la intérprete, que en mi opinión no llega a lo que se espera de la
canción.
25. Alemania Roman Lob –Standing Still
La
canción alemana tiene un toque de ingenuidad y belleza de lo simple, como
cualquier otra canción de Jamie Cullum. Y sin embargo… No deja de ser otra
canción más (mediocridad) de Jamie Cullum.
26.
Rumanía Mandinga – Zaleilah
Rumania
envía este año a Mandinga, un grupo multicultural que lleva años haciendo
canciones en español gracias a la procedencia latina de algunos de sus
componentes. Zaleilah puede parecer una canción verbenera, pero su positivismo
y sus adorables gaitas le dan un carisma único, que promete poner a bailar a
todos.
27.
Noruega Tooji – Stay
Ritmos
orientales para un inmigrante en Noruega. El joven Tooji es atractivo y hace un
show digno de la MTV ,
y seguramente todas las chicas (y muchos chicos) adolescentes gritarán cuando
salga al escenario. Aún así, suena tan mainstream
que aburre.
28.
Austria Trackshittaz – Woki Mit Deim
Popo
Tienes que mover tu culo es la propuesta austriaca para el Festival. Una
canción eminentemente joven y desenfadada basada en raper y llevar a chicas
sugerentes para ganarse el televoto. Y no es que no me gusten (Creo que la
melodía es genial) pero al lado de Engelbert… No pueden más que sonrojarse con esta
canción tan tonta que llevan.
29. Malta Kurt Calleja – This Is The Night
En
intérprete maltés me cae bien, y tiene talento, pero la canción tan
eminentemente “festivalera” que lleva es un empalago. No solo por el
diabetizante edulcorante de la misma, sino por lo remasticado que está ese
estilo, dentro y fuera de Eurovision. Es una pena que no haya podido lucir su
voz y su simpatía mediante otra composición mejor.
30.
Portugal Filipa Sousa – Vida Minha
Otro
año en el que nuestro querido país vecino no ganará Eurovision. No tiene la
culpa la canción, un precioso fado muy al estilo de las mejores canciones que
ha llevado Portugal… Pero al mismo tiempo, la canción tiene toda la culpa,
porque, reconozcámoslo… Hoy en día ese estilo no pega en un festival como éste,
donde se busca la modernidad y la originalidad. El fado me encanta, y la
cantante tiene un gran talento, pero… Cada cosa en su sitio y en su momento.
31.
Letonia Anmary – Beautiful Song
A
pesar de que la letra es detestable (Va sobre la propia canción en sí,
autodenominándose “bonita” e intentando ganar Eurovision, con referencias a
Johny Logan y a Mick Jagger) el estribillo es completamente pegadizo desde el
momento 1. Aún así, no le auguro gran éxito a esta seudo-canción de princesa sin corona.
32. Bielorrusia Litesound – We Are The Heroes
Este
año el politiqueo manchó la canción bielorrusa, que fue sustituida por esta en
el último momento por el presidente entrante del país. Curiosamente, estas
cosas pasan en Eurovision. Aún así, no sé si el cambio le servirá de algo a
este país que no levanta cabeza desde hace años. No suena mal, pero tampoco es
un hit.
33.
Montenegro Rambo Amadeus – Euro Neuro
Una
de las canciones más odiadas de este festival. Y sin embargo me parece una
composición interesante. Crítica a la crisis del Euro y a los conceptos que
crearon la idílica unión monetaria, que hoy en día tiembla más que una gelatina
sobre la mesa. Rambo, con ese nombre tan cinematográfico, es un actor, no un
cantante, y ha creado un personaje comparable con el mismísimo Borat o
Torrente… Es decir, un nuevo Chiquilicuatre con una melodía más elaborada y una
letra crítica que harían que Rodolfo estampara contra el suelo su guitarra de
plástico de la envidia.
34.
Bélgica Iris – Would you
Ingénue es la palabra que me viene a la mente (Muy pijamente
por cierto) cuando escucho la canción de adolescente de Iris. Una canción un
poco ñoña, de amores de pasillo de instituto, pero con sentimiento britneysperiano. Probablemente, aunque
atraiga el voto adolescente, no sea suficiente para que se clasifique a la
final.
35. Rusia Buranovskiye Babushki – Party For Everybody
A
partir de esta posición empiezan las canciones que no me gustan. La primera es
la de las polémicas abuelitas rusas que necesitaban dinero para reformar su
iglesia y pensaron que la opción ideal, en vez de hacer un mercadillo solidario
u hornear galletas, era presentarse a Eurovision. No me malinterpretéis… Las
señoras son adorables, y valientes para, a su edad, viajar hasta Baku y cantar
una canción (Y hasta aprenderse una frase en inglés) pero todo ese mérito no
quita que sea una participación oportunista, que se basa precisamente en llamar
la atención por el hecho de ser mayores para conseguir votos fáciles, sin tener
en cuenta que no cantan bien y que la canción es absurda. Y lo peor de todo es
que tendrá éxito.
36.
Estonia Ott Lepland – Kuula
No
le quito mérito artístico ni a la canción ni al intérprete, pero simplemente me
aburre soberanamente y no la puedo escuchar entera.
37.
Irlanda Jedward – Waterline
El
año pasado, los gemelos Jedward me causaron una impresión malísima en su
propuesta previa al festival. No sabían cantar. Luego, misteriosamente, en su
semifinal, lograron sonar bien y su apuesta escenográfica me impactó, logrando
colocarlos finalmente en mi top 10. La canción incluso se convirtió en una de
mis preferidas del año. La energía que derrocharon fue increíble. Este año
Irlanda ha decidido que vuelvan a representarlos, y aquella sensación del
principio volvió al ver que siguen sin saber cantar, que usan la misma energía
del año pasado (Habiéndose convertido en un histerismo insoportable y cansino)
en una canción que es mala… ¡Malísima! Y típica más bien de una película de
Disney Channel. Espero que me sepan perdonar.
38. Eslovaquia Max Jason Mai – Don’t Close Your Eyes
Siempre
me ha gustado que alguna canción de rock aderece el Festival pero… Esto no.
39.
Macedonia Kaliopi – Crno I Belo
La
fuerza de Kaliopi ha sobrepasado mi límite del buen gusto. Me resulta una
canción muy “de autor”… Demasiado estridente y pesada como una losa.
40.
Eslovenia Eva Botto – Verjamem
Con
esta me pasa exactamente como con la de Estonia.
41.
San Marino Valentina Mnetta – The Social
Network Song
Una
infantil canción sobre… ¡Oh sí! ¡El Facebook! Con una letra absurda, plagada de
malas rimas, y con una intérprete que da ganas de olvidarte de que San Marino
existe o ha existido jamás (aunque muchos ni sabrán donde está San Marino) ¡Qué
ha sido del gran Ralph Siegel y qué es hoy!
42. Georgia Anri Jokhadze – I’m A Joker
La
peor canción de este año ha recaído en un país con una trayectoria impecable.
Sin embargo, todos, incluidos los españoles, hemos pecado en algún año que otro
de llevar a un friki sin sentido común para intentar mover a la masa tonta. Lo
que parecen no saber en Georgia es que eso no suele conllevar buenos resultados
desde que hay un jurado profesional dando puntos.
Y
una vez analizadas todas las propuestas… Que el mayor espectáculo musical haga
ahora el resto y corone a la mejor. ¿A cuál votarías tú?