domingo, 20 de mayo de 2012

Eurovision: El mayor espectáculo musical de la televisión










Eurovision: El mayor espectáculo musical de la televisión
AIRAN CASAS

Celine Dion, Abba, Cliff Richard, Julio Iglesias, Olivia Newton-John, Nana Mouskouri, Alabano y Romina, Blue, Andrew Lloyd-Webber… Son solo algunos de los múltiples artistas que alguna vez han pisado los espectaculares escenarios creados para Eurovision desde sus orígenes, allá en el año 1956. Un desfile de estrellas que cada año, cuando estamos en plena primavera, se asoma a nuestras pantallas.

La historia del espectáculo televisivo musical más visto en el mundo está llena de grandes triunfos y de sonadas derrotas, de la pasión por la música y por el arte de hacer televisión. No hay nada que pueda contar del festival que no se haya contado ya, ni nada con lo que pueda justificar el éxito de un formato que ha ido creciendo majestuosamente con el paso de los años.

Desde aquellos primeros festivales de los años cincuenta, donde solo un puñado de países participaban enviando a sus artistas para representarles, interpretando sus canciones en unos discretos platós de televisión, hemos pasado a un macrofestival donde más de 40 países pelean en dos semifinales para llevar a sus estrellas hacia una grandiosa final, que suele celebrarse en estadios y grandes recintos, y donde no se escatima en medios para crear una competición fascinantemente vistosa. La espectacularidad y el grandiosismo no fallan para uno de los shows más longevos de las televisiones del viejo continente; uno que ayudó al desarrollo de la Unión Europea, que trascendió a numerosos conflictos bélicos y que ha sabido perdurar sin jamás dejar de conseguir grandes datos de audiencia.


LA EUFORIA DE LA EUROMANÍA

Eurovision interesa. Tanto o más que un campeonato de fútbol o una olimpiada. El enfrentamiento entre países es ya de por sí un gran atractivo, pero tanto a los que nos apasiona la música como a los más simples aficionados, ver competir anualmente, mediante la canción y la creación artística, a los diferentes estados es ya toda una institución. Una tradición con la que muchos hemos crecido, ya tengamos treinta, veinte o cincuenta años.

El movimiento “eurofan” es un claro reflejo de esa pasión que todos sentimos por Eurovision. Miles de personas ahorran durante todo el año para ir a ver in situ el Festival, sea donde sea su celebración. Otros tantos, la mayoría, nos conformamos con hacer palomitas y preparar nuestra sala de estar para recibir la emisión a lo grande, con o sin un grupo de amigos con los que comentar todas las canciones, las puestas en escena, los ropajes y los chistes (muchas veces insípidos) del comentarista.

Cada año es diferente, pero esta tradición de esperar y ver el Festival no cambia. Unas veces se ha hecho con más entusiasmo que otras. Si nos fijamos en los datos de audiencia del programa en España, llama la atención que en la edición de 2002 (El año en el que Rosa López nos representó tras el fulminante éxito que tuvo el programa Operación Triunfo, del que salió elegida) Eurovision consiguió un 80,4% de share, un dato histórico que no se ha repetido jamás en la televisión española, y que solo fue superado (por un 2%) por la retransmisión de la final del Mundial de fútbol de 2010, en el que España ganó.

Los datos de audiencia hablan por si mismos: Eurovision gusta y es seguido. Y tenemos que tener en cuenta que las audiencias en España son mínimas en comparación con las de otros países, en los que Eurovision se vive de otra manera. Suecia, Dinamarca o Armenia son ejemplos de países que suelen poner toda la carne en el asador para elegir participante, y que tienen ese afán por ganar que siempre echo de menos en España. Aún así, Eurovision es cada año el programa de televisión más visto por los españoles.

BAKU 2012: LO QUE NOS ESPERA
  
Mucho se ha dicho a lo largo de estos 12 meses posteriores a la victoria de la pareja azerí Eli y Nikki en Düsseldorf sobre lo que Azerbayán podría ofrecer como país anfitrión de esta edición de 2012. Muchos elevaron sus voces y mostraron preocupación por celebrar el festival en un país cuyo régimen político era cuestionable; otros se preocuparon por la inexistencia de una sede donde celebrar este gran evento, ya que el país no contaba con un recinto adecuado a la magnitud del Festival. Al final, ni lo uno ni lo otro han afectado al correcto desarrollo de la etapa previa al festival. Eurovision se ha adaptado en multitud de ocasiones a circunstancias similares. Sin irnos más lejos, el festival celebrado en Madrid en 1969 se celebró con normalidad en pleno régimen franquista. Por otro lado, Azerbayán, desde su entrada en el Festival hace apenas 5 años, ha apostado siempre por la calidad y por no escatimar en gastos, y haciendo uso de su esfuerzo y de muchos petrodólares, erigió en tan solo 9 meses el Chrystal Hall, un recinto lo suficientemente grande y acondicionado donde celebrar la edición de este año.

A pesar de todos los obstáculos que muchos quisieron poner, el festival está listo para despegar, con los artistas ya en Bakú ensayando una y otra vez sus tres minutos de acción sobre el espectacular escenario para que no falle nada en la hora de la verdad, en ese momento flash que pasará enseguida, en el que deben encandilar a todos los telespectadores con su talento y convencerlos para que cojan un teléfono y les den su voto… Ese voto que los convertirá en leyendas (televisivas más que musicales) y pondrá su nombre en ese largo palmarés de ganadores, que resucita año tras año cuando llega mayo y llega un nuevo festival. Para muchos una victoria ni siquiera implicará un triunfo a la hora de vender discos, pero sí se convertirán inmediatamente en un capítulo importantísimo en la historia del programa. Con un poco de suerte, su paso por el festival les abrirá las puertas a una carrera musical internacional, como le ocurrió a Abba o a Celine Dion, y con más suerte aún, se acaben convirtiendo en leyendas de la música como ellos.


LOS PARTICIPANTES DE EUROVISION 2012
  
Bakú 2012, por el momento, pretende ofrecer ante todo, un espectáculo muy ambicioso y de calidad. La calidad viene ya de por si impuesta en la selección de participantes que veremos este año sobre el escenario del fuego (Azerbayán es conocido como la tierra del fuego y ese ha sido el motivo escogido para este festival) Se trata de 42 candidaturas que han salido de largos y duros procesos de selección nacionales, y que ahora van a tener el privilegio de ser escuchados por todo un continente. Algunas gozan de una indudable calidad, y también hay algunas cuya existencia nunca entenderé.

En definitiva: 42 posibilidades de elegir, que es de lo que se trata. En los últimos meses, los eurofans han hecho sus listas de preferencias y sus predicciones. El resultado de mi selección es el siguiente:

1. Francia Anggun - Echo (You and I)

Mi preferida este año es la innovadora canción de la cantante Anggun, que tras gozar de éxito en los 90 con singles como “Snow on the Sahara” se atreve a resucitar su carrera musical en Eurovision. La canción es extraña, y el hecho de que no sea de esas canciones que te impactan de una primera escucha juega en su contra. Por otro lado, una puesta en escena digna de una diva del pop y una interpretación sólida son sus puntos fuertes.






2. Ucrania Gaitana Be my guest

La fuerza de Gaitana es más que evidente. Poniéndolo un poco de sabor africano al antiguo país soviético, es seguro que su pegadiza melodía y la puesta en escena colorista la coloquen en una buena posición final.

3. Suecia Loreen – Euphoria

La gran favorita para ganar este año nos ofrece un frenético ritmo dance y una puesta en escena salvaje. Lo que no tiene la canción francesa le sobra a esta: la capacidad de impactar al espectador desde el primer momento.

4.  Israel Izabo – Time

Melodía retro, que suena a Oriente, para un consolidado grupo israelí. Probablemente siguiendo esa estela de artistas que innovan remarcando las influencias del pasado, Time es una clara destacada entre la multitud.

5. Países Bajos Joan Franka – You and Me

A pesar de que este año hay grandes baladas en el concurso, ninguna canción me causa tanta ternura como esta bonita canción sobre un amor infantil con ritmos country, interpretada con la peculiar voz de Joan.








6. Turquía Can Bonomo – Love Me Back

El país de los ritmos arábigos decidió este año enviar a un cantante judío, con una canción que recoge las melodías tradicionales de esta cultura. Una canción de marineros que mezcla lo tradicional con lo indie del joven artista.

7. Bulgaria Sofi Marinova – Love Unlimited

Una apoteosis de ritmos dance con un mensaje muy visto en eurovisión, que nos enseña a decir “Te quiero” en varios idiomas. A pesar de lo poco efectista de este recurso, la voz gipsy de Marinova y su decadencia trance la hacen perfecta. Lástima que tengas tan pocas posibilidades de pasar a la final.

8. Hungría Compact Disco – Sound of Our Hearts

Un grupo moderno, de pop electro, con una canción muy correcta y propia de la radio. El estribillo es muy pegadizo.


9. Italia Nina Zilli – L’amore E’ Femmina

Una impactante voz, tan grande como su aparente personalidad de Femme Fatale encantadora. Italia regresa a Eurovision proponiendo calidad, y aunque Nina no fue la ganadora de San Remo… ¿Podría serlo de Eurovision?

10. Chipre Ivi Adamou – La La Love

Últimamente Chipre solo ha llevado desastres a Eurovision. Este año se ha puesto las pilas con una canción diva-friendly impregnada en ritmos helénicos y una atractiva cantante, muy conocida por esos lares. La La Love cansa con el tiempo, pero tiene ese poder de seducir a la primera escucha.




                      VÍDEO CON LAS 10 PRIMERAS POSICIONES


11. Bosnia Maya Sar – Korake Ti Znam

Con los años he llegado a la conclusión de que los antiguos países yugoslavos son los mejores baladistas de Europa. Primera razón: La canción bosnia es exactamente como la sensación que te causa en la piel un pañuelo de seda que se resbala por tu brazo. Si encima la escuchamos en su versión en inglés y la entendemos es… delicadamente sublime.

12. Croacia Nina Badric – Nebo

Segunda razón: Una cantante muy conocida en Croacia como Nina Badric escribe ella sola una preciosa balada con campanas. Tengo debilidad por las canciones que contienen campanas, y esta, francamente, te hace tocar el nebo. Es decir, el cielo.





13. Serbia Zeljko Joksimovic – Nije Ljubav Stvar

Y tercera razón: El retorno de un viejo amigo de Eurovision, con importantes posiciones en sus respectivas participaciones como intérprete y compositor. Y si algo triunfa… ¿Para qué cambiarlo? Misma fórmula de balada étnica con corazón y alma, a la que se le augura una muy buena posición.

14. Moldavia Pasha Parfeny – Lauta

Una desenfadada y rítmica canción típica moldava, con sus trompetas (“La trompeta que te hace mía, chica”) y con un simpático y atractivo Pasha que la ilumina con su presencia.

15. Suiza Sinplus – Unbreakable

El dúo de hermanos suizos Sinplus le robaron el acceso al festival a la mismísima Lys Asia, ganadora del primer festival en el 56. Con su canción pop-rock conquistaron a los suizos y ahora pretenden seguir en su conquista de Europa “siguiendo tus sueños más salvajes”.

16. Grecia Eleftheria Eleftheriou – Aphrodisiac

Grecia, con crisis o sin ella, nos sigue recordando que a canciones mid-tempo no los gana nadie. Nuevamente nos presenta una canción con ritmos muy griegos, bailable, e interpretada por una belleza digna de la misma Afrodita. A pesar de todo lo bueno, ese estilo va en decadencia y ha de tener cuidado con las otras divas.

17. Reino Unido Engelbert Humperdinck – Love Will Set You Free

La leyenda crooner británica ha sido una de las mayores sorpresas de esta edición. A pesar de su edad, sus tablas y su leyenda se notan en una interpretación impecable de una canción que recuerda a las canciones más dramáticas de los musicales del West End londinense.

18. Dinamarca Soluna Samay – Should’ve Known Better

Dinamarca siempre es uno de los países que llevan propuestas vanguardistas a Eurovision. Esta vez, Soluna Samay interpreta una sencilla canción con un aire indie y pop-rock de radioformula. Simple pero efectiva.





19. España Pastora Soler – Quédate Conmigo

Por primera vez en varios años creo que España (Ayudada por la mano compositora de Suecia) lleva al festival una propuesta de calidad. Más que la canción en sí, que me parece un tanto mediocre comparada con la tanda de deliciosas baladas ex yugoslavas, por la impresionante voz y talento de Pastora Soler, cuyo directo será de lo mejor que encontraremos este año en la final.

20. Lituania Donny Montell – Love Is Blind

Una canción típica, pero bien interpretada, en absoluta soledad y sin coros ni distracciones, por el cantante en una exhibición de talento y de saltitos efectivos.

21. Finlandia Pernilla – När Jag Blundar

Curiosa elección de Finlandia, que opta por llevar una canción interpretada en sueco. La voz y el idioma la hacen atractiva y le dan un aire nostálgico y encantador.

22. Albania Rona Nishliu – Suus

Sin duda la canción más oscura del año. Rara, con una gran dosis de dramatismo y griterío hasta la extenuación, y una inquietante melodía al piano. Esa rareza en su estructura y en sus sonidos la hace interesante.

23. Islandia Greta Salóme & Jonsi – Never forget

La canción más dramática del año, con una interpretación digna de un mar turbulento con olas chocando contra las rocas. Las voces de los intérpretes empastan bien, y el aire gótico de la melodía y el solo de violín las funde en una pieza muy mágica.

24. Azerbayán Sabina Babayeba – When The Music died

El país anfitrión vuelve a recurrir a una canción sueca; una balada interesante, con toques étnicos preciosos y una letra conmovedora, pero a la que le falla la voz de la intérprete, que en mi opinión no llega a lo que se espera de la canción.

25. Alemania Roman Lob –Standing Still

La canción alemana tiene un toque de ingenuidad y belleza de lo simple, como cualquier otra canción de Jamie Cullum. Y sin embargo… No deja de ser otra canción más (mediocridad) de Jamie Cullum.





26. Rumanía Mandinga – Zaleilah

Rumania envía este año a Mandinga, un grupo multicultural que lleva años haciendo canciones en español gracias a la procedencia latina de algunos de sus componentes. Zaleilah puede parecer una canción verbenera, pero su positivismo y sus adorables gaitas le dan un carisma único, que promete poner a bailar a todos.

27. Noruega Tooji – Stay

Ritmos orientales para un inmigrante en Noruega. El joven Tooji es atractivo y hace un show digno de la MTV, y seguramente todas las chicas (y muchos chicos) adolescentes gritarán cuando salga al escenario. Aún así, suena tan mainstream que aburre.

28. Austria Trackshittaz – Woki Mit Deim Popo

Tienes que mover tu culo es la propuesta austriaca para el Festival. Una canción eminentemente joven y desenfadada basada en raper y llevar a chicas sugerentes para ganarse el televoto. Y no es que no me gusten (Creo que la melodía es genial) pero al lado de Engelbert… No pueden más que sonrojarse con esta canción tan tonta que llevan.

29. Malta Kurt Calleja – This Is The Night

En intérprete maltés me cae bien, y tiene talento, pero la canción tan eminentemente “festivalera” que lleva es un empalago. No solo por el diabetizante edulcorante de la misma, sino por lo remasticado que está ese estilo, dentro y fuera de Eurovision. Es una pena que no haya podido lucir su voz y su simpatía mediante otra composición mejor.




30. Portugal Filipa Sousa – Vida Minha

Otro año en el que nuestro querido país vecino no ganará Eurovision. No tiene la culpa la canción, un precioso fado muy al estilo de las mejores canciones que ha llevado Portugal… Pero al mismo tiempo, la canción tiene toda la culpa, porque, reconozcámoslo… Hoy en día ese estilo no pega en un festival como éste, donde se busca la modernidad y la originalidad. El fado me encanta, y la cantante tiene un gran talento, pero… Cada cosa en su sitio y en su momento.


31. Letonia Anmary – Beautiful Song

A pesar de que la letra es detestable (Va sobre la propia canción en sí, autodenominándose “bonita” e intentando ganar Eurovision, con referencias a Johny Logan y a Mick Jagger) el estribillo es completamente pegadizo desde el momento 1. Aún así, no le auguro gran éxito a esta seudo-canción de princesa sin corona.

32. Bielorrusia Litesound – We Are The Heroes

Este año el politiqueo manchó la canción bielorrusa, que fue sustituida por esta en el último momento por el presidente entrante del país. Curiosamente, estas cosas pasan en Eurovision. Aún así, no sé si el cambio le servirá de algo a este país que no levanta cabeza desde hace años. No suena mal, pero tampoco es un hit.

33. Montenegro Rambo Amadeus – Euro Neuro

Una de las canciones más odiadas de este festival. Y sin embargo me parece una composición interesante. Crítica a la crisis del Euro y a los conceptos que crearon la idílica unión monetaria, que hoy en día tiembla más que una gelatina sobre la mesa. Rambo, con ese nombre tan cinematográfico, es un actor, no un cantante, y ha creado un personaje comparable con el mismísimo Borat o Torrente… Es decir, un nuevo Chiquilicuatre con una melodía más elaborada y una letra crítica que harían que Rodolfo estampara contra el suelo su guitarra de plástico de la envidia.

34. Bélgica Iris – Would you

Ingénue es la palabra que me viene a la mente (Muy pijamente por cierto) cuando escucho la canción de adolescente de Iris. Una canción un poco ñoña, de amores de pasillo de instituto, pero con sentimiento britneysperiano. Probablemente, aunque atraiga el voto adolescente, no sea suficiente para que se clasifique a la final.

35. Rusia Buranovskiye Babushki – Party For Everybody

A partir de esta posición empiezan las canciones que no me gustan. La primera es la de las polémicas abuelitas rusas que necesitaban dinero para reformar su iglesia y pensaron que la opción ideal, en vez de hacer un mercadillo solidario u hornear galletas, era presentarse a Eurovision. No me malinterpretéis… Las señoras son adorables, y valientes para, a su edad, viajar hasta Baku y cantar una canción (Y hasta aprenderse una frase en inglés) pero todo ese mérito no quita que sea una participación oportunista, que se basa precisamente en llamar la atención por el hecho de ser mayores para conseguir votos fáciles, sin tener en cuenta que no cantan bien y que la canción es absurda. Y lo peor de todo es que tendrá éxito.





36. Estonia Ott Lepland – Kuula

No le quito mérito artístico ni a la canción ni al intérprete, pero simplemente me aburre soberanamente y no la puedo escuchar entera.

37. Irlanda Jedward – Waterline

El año pasado, los gemelos Jedward me causaron una impresión malísima en su propuesta previa al festival. No sabían cantar. Luego, misteriosamente, en su semifinal, lograron sonar bien y su apuesta escenográfica me impactó, logrando colocarlos finalmente en mi top 10. La canción incluso se convirtió en una de mis preferidas del año. La energía que derrocharon fue increíble. Este año Irlanda ha decidido que vuelvan a representarlos, y aquella sensación del principio volvió al ver que siguen sin saber cantar, que usan la misma energía del año pasado (Habiéndose convertido en un histerismo insoportable y cansino) en una canción que es mala… ¡Malísima! Y típica más bien de una película de Disney Channel. Espero que me sepan perdonar.

38. Eslovaquia Max Jason Mai – Don’t Close Your Eyes

Siempre me ha gustado que alguna canción de rock aderece el Festival pero… Esto no.

39. Macedonia Kaliopi – Crno I Belo

La fuerza de Kaliopi ha sobrepasado mi límite del buen gusto. Me resulta una canción muy “de autor”… Demasiado estridente y pesada como una losa.

40. Eslovenia Eva Botto – Verjamem
Con esta me pasa exactamente como con la de Estonia.




41. San Marino Valentina Mnetta – The Social Network Song

Una infantil canción sobre… ¡Oh sí! ¡El Facebook! Con una letra absurda, plagada de malas rimas, y con una intérprete que da ganas de olvidarte de que San Marino existe o ha existido jamás (aunque muchos ni sabrán donde está San Marino) ¡Qué ha sido del gran Ralph Siegel y qué es hoy!

42. Georgia Anri Jokhadze – I’m A Joker

La peor canción de este año ha recaído en un país con una trayectoria impecable. Sin embargo, todos, incluidos los españoles, hemos pecado en algún año que otro de llevar a un friki sin sentido común para intentar mover a la masa tonta. Lo que parecen no saber en Georgia es que eso no suele conllevar buenos resultados desde que hay un jurado profesional dando puntos.


Y una vez analizadas todas las propuestas… Que el mayor espectáculo musical haga ahora el resto y corone a la mejor. ¿A cuál votarías tú?