viernes, 30 de diciembre de 2011

Fin de año







Fin de año
 AIRAN CASAS


Como una canción de La Casa Azul, extremadamente dulce en apariencia y colorista, pero con un trasfondo melancólico y triste. Busco entre los recuerdos de lo que ha dado de sí un año. Fotos que me recuerdan que hoy estoy aquí sin ti. Y mientras las lágrimas de Amy se secan por sí solas, mirar la sonrisa en nuestras caras aún hace que me tiemble la tripa de la emoción. Sé que soy afortunado por haberte conocido, y por haber cerrado contigo una herida que tenía desde hace muchos años. Afortunado por haberte tenido cerca y sin arrepentirme de haber hecho lo que tenía que hacer, y de que durara lo que duró. Contigo logré cruzar una meta que me había propuesto hace tiempo y que necesitaba para sentirme humano por fin. Gracias por haber estado ahí en ese momento que te necesitaba. Gracias por haber sido mi “Teenage Dream”.

En las otras fotos también veo caras felices. Veo los rostros de gente contenta, trabajadora y apasionada por lo que hacen. En mi corazón siempre me llevaré, de manera infantil como si hubiese vivido un Verano Azul, los momentos de risas y de histeria, y cómo nos apoyamos en los momentos más agrios. Sin duda nunca dejaré de estar orgulloso de lo que hicimos, sólo por con quién lo hicimos.

            Encontré una foto de un paisaje… De un lugar que logré hacer mío. Recordar lo duro que es salir de casa y buscarte la vida… Lo difícil de ser siempre extranjero en tu ciudad. Y entre aquellas casas, y al lado de aquella playa… Me sentí como en casa. ¿Y la casa? A pesar de lo desastrosa que podía ser, fue durante ese tiempo un hogar.

            No puedo dejar de mirar las fotos de mis amigos. De los nuevos que he hecho, con los que he compartido grandes momentos este año… Con los que he compartido muchas risas y alguna lágrima… Y las de los amigos que siempre están… Los que me siguen demostrando que aunque nuestras vidas sean ahora distintas, no se van a olvidar jamás. También hay fotos de los que ya no están… de los que decidieron volar.

            Y el mundo sigue en crisis… nuestro país en una existencial. Y la tele y la radio nos mandan un mensaje pesimista mientras seguimos buscando una forma de vivir. Las coronas están sucias y oxidadas y la naturaleza no da tregua a nuestra forma de vivir. Y entre tanto pesimismo, recurro a las imágenes de Barcelona, de los domingos de charla y café, de un reencuentro con gente a la que quieres, de las risas con mi madre y todo lo que ha hecho por mí o de la cantante que más te gusta dedicándote una espectacular canción, y con el eco de las líneas que has escrito, que han salido de tu corazón.

Esta vez empezaré el año durmiendo, como si el 2011 hubiese sido un sueño. No haré propósitos. Simplemente despertaré y viviré un día nuevo, deseando ser más feliz, más fuerte y mejor persona. Deseando que cuando llegue este mismo momento en 2012 no sienta tanto el frío que siento esta navidad.